Quitamos el techo con la mira puesta
en ese panorama alentador
con un vistazo supe la hora de los dos
usos horarios diferentes
era hora de que la diminuta bailarina
aprenda a cortejarlo
un cuerpo efervescente dándole la oportunidad
de desplegarse en total libertad
pocas reglas pero precisas
empecinadas en darle satisfacción
Ella misma lanzada a crear
sin tapujos decorosos
resucitando a ese puro
escritor reprimido.
Violeta canggianelli
sábado, 6 de marzo de 2010
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