jueves, 26 de noviembre de 2009

Hermano

Un mundo ideal

Mi hombre es la calle
el cruce que hay en corrientes y thames
un plato de pollo a la mostaza sin salsa de mostaza

es un cepillo de dientes sin estrenar
unos calzoncillos negros muy apretados
una caja abierta de forros pocker
un número de la quiniela gastado
y una línea, sin terminar

es una casona vieja y abandonada en la feliz
un montón de cirugías mal hechas en la cara de su hermana
un tatuaje mirador
una bolsita con dos o tres gotitas de amor y una caja llena
de corazoncitos dorin’s.

un almohadón con forma violeta y dos cervezas bien frías.

Es cinco platos de melanina engrasados y la essen con tapa
pero sin manija

una manta roja caliente
el humo demorado del faso sin apagar
una firma subrayada y,
el alambre mal puesto de la lámpara naranja.

Violeta Canggianelli

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Primer cumple del hotel


yo

Escribo porque descubro en lo cotidiano hechos poéticos que a veces se transforman en poesía.

Escribo poesía porque es el lenguaje que me permite ser más libre que siendo abogada y empiezo con algo que me emocione o me haga pensar distinto de lo que pensaba.

Creo que escribo desde los ocho años o desde que uno de mis cuentos preferidos fue usado para inventar otro mío. La política también me llevó a escribir a los trece o catorce años.

El amor en cambio, me obligó a hacerlo para versificar, como dijo Borges, la propia melancolía. Son dos o cuatro cosas que siempre me apasionaron u obsesionaron para tener escritos tantos cuadernos, libretitas, borradores, agendas, libros, poesías y poemas realizados en un libro y creo que son la propia existencia, mi vocación y la pasión por la soledad del poeta.

En política me apasionaron la nueva vida en democracia, los discursos apasionados, las manifestaciones a plaza de mayo, las letras y los tonos de los cantos partidarios, las miradas de otros militantes, la militancia barrial, las noches previas a las elecciones, las roscas y los rosqueros.

Puedo recordar tardes eternas dedicadas a la lectura y discusión de un texto sobre el estado escrito con mayúscula.

No puedo dejar de sentirme atraída por las personas con calle, con trabajo en sus manos y con sus historias de vida creadas artesanalmente. La calle que me encuentra con los poemas y con mis libretitas incompletas y mis viajes con muchas anotaciones y mi recorrido con la poesía como la gran particulizadora: La poesía de los matices y de la gran letra escondida.

Así como construyo un poema con mucho esfuerzo también construyo mi historia en la vida.

Ahora veo a esa misma política, con menos poética. Estoy menos generalizadora, porque busco, descubro y reconozco esos matices que tiene lo no dicho, incluyo lo artesanal en mi hacer y mi aporte intenta crear algo nuevo, precioso o desconocido.


Violeta Canggianelli.